de algodón, blancos y pequeños...

Mordisqueados, con hoyitos, o pares que de plano entre sí nada que ver; y es que el Max apenas ve unos calcetines, corre a esconderlos al jardín. Los de algodón, blancos y pequeños son los que mas le gustan. Si nadie le mira corre con los calcetines en su boca, pareciera un caballito relinchando jugueton hasta encontrar lugar para enterrarlos. Es mi jardín camposanto de calcetas, tines, medias, y uno que otro calzón.

Pasa los días persiguiendo animalitos más pequeños de lo que él es. Juega con rehiletes de agua, busca sombras donde poder dormir, con mi papá viaja en coche, a Virginia da lata y a mí pide rascar su panza. Cuando hace frío le ponen chamarra, una de cuero con sello Harley; para dormir usa camiseta a rayas y en Diciembre se viste de Santa. Come milanesa en trozos, huevos, y por la noche Flakes con mermelada. Le gusta el helado de vainilla, el programa de Cristina, orinar las palmeras y escuchar cuando alguien lo saluda por celular. Ladra a los noticieros nocturnos, las vacas chorreadas, juguetes que superan su tamaño y (con la pena) a gente de aspecto humilde.

Si la puerta esta abierta, escapa al mirador junto a la casa y espía a quienes llegan. Alguna vez llegó una parejita de hormonales 17. Tras el besuqueo, el chico bajó sus pantalones, ella subió la falda, Max no sabía lo que pasaba. Con los movimientos de cadera, los Ck del niño comenzaron a caer. Eran calzones de algodón, blancos, y pequeños. Divertido el Max corrió a mordisquearlos, a tratar de arrancarlos para jugar con ellos y esconderlos al jardín. Con sus ojos en blanco, la niña ni enterada; es le chico quien sintió los jalones y espantado, muy espantado gritó. Al voltear y ver a mi lanudo amigo intentó patear, ella lo tomó como un estímulo más y comenzó el jadeo, Max lo tomo como agresión y también ladró. Apenas mi papá escuchó, salió corriendo por su perrito. Complicada la escena "canninus interruptus coitus", cómo salvar al Max sin ofender o distraer a los jóvenes ardientes? Cubrió sus ojos con la mano izquierda y torpe con la derecha intentaba agarrar al Max, las nalguitas del chico se apenaron todas, y antes que ella se diera cuenta, mi papá y Max estaban risa y risa en la cocina.

Al día siguiente papá colgó en el mirador un resorte mordisqueado de calzón y un letrero diciendo: "CUIDADO CON EL PERRO".