Boveda.

Los tres avanzan por el tunel, hay poca luz, tramos muy resbalosos y un suave olor a tierra mojada. Vlauye jamas imagino que bajo el Sauce habria un tunel asi, pero bueno, luego de Indigo, el preporante, la fuente cuenta-chistes y el gato parlante poco puede sorprenderle ya; mas bien esta ansioso por lo que pueda ocurrir.

Hace rato que el convento y su olor a pan horneado quedaron atras, desde entonces nadie ha dicho nada. Prefieren quedar callados, aguzar bien sus oidos, tratar de escuchar algo mas que las patas de Arnulfo enterrandose y desenterrandose a cada paso que da. Indigo y Vlauye lo montan, se agarran bien a su pelaje y en ocasiones deben agacharse para evitar las raicillas del techo. Ninguno de los tres sabe lo que les espera, ha sido un dia largo, estan cansados.

Era increible la forma tan rapida en que las cosas se habian dado, bastaba con tomar una decision para hacer las cosas suceder, apenas Vlauye dijo estar listo y todo se dio. Ojala lo hubiera sabido antes para despedirse de Malena.

Indigo bosteza, estira sus cuatro brazos y queda recostado sobre el lomo de Arnulfo. Vlauye en tanto recuerda las ocasiones en que luego de clases y tareas miraba al cielo e imaginaba ser el heroe de magicas historias, no seria esto parte sus suenos? Que pronto los dias normales parecian quedar atras, no es que los extrane, vamos ser atacado por un gordo gato no es tampoco divertido! Pero eran tantos los pequenos gozos que Vlauye disfrutaba aun durante el dia mas aburrido; desde el rezo previo al desayuno, hasta escuchar por las noches los cuentos de Malena.

...Malena, la echa de menos.