Boveda ( II )

Luego de un rato, entre lodo y pensamientos, Vlauye descubre que Indigo ronca, son como suspiros pequenitos que apenas se escuchan, eso le causa gracia y tan bajito como puede rie. Recuerda entonces el chiste de la Vaca Morada, concluye que no es gracioso, pero se pregunta como Pepito pudo guardar una Vaca en el refri, apenas si Rosafina cabe en el establo...

De pronto Arnulfo se detiene, para el pescuezo, parece olisquear algo y avanza apresurado. Frente a ellos lo mas parecido a cualquier universo fantastico dibujado en los libros infantiles que le suele leer Malena. La estrechez del tunel es cambiada por una boveda natural, es enorme y la punta mas alta parece haber sido arrancada, por ahi se cuela la luz de luna y estrellas. El polen que viaja por sus rayos es iluminado hasta caer en otro espacio de sombra. Sobre el piso crece un tejido mullido de musgo el mas verde, plantas y flores tambien que antes nunca Vlauye habia visto. En el centro justo bajo el gran boquete hay un lago cubierto por una piel delicada de vapor. Del techo en ocasiones se desprenden gotitas pequenas de agua que al caer desgarran por instantes la neblina y dejan escuchar el eco de sus ondas. Vlauye y Arnulfo abren los ojos tanto como pueden, el escenario es hermoso.

Arnulfo encuentra una explanada algo mas iluminada y luego de 7 giros, encoge sus patas, suspira y cierra sus ojos; Indigo ni en cuenta, hace tiempo esta dormido. Vlauye desmonta, el viento huele dulzon, sonrie. Sus manos tocan el musgo la sensacion es agradable, bosteza. Sus ojitos comienzan a cerrarse pero antes de dormir abre su cuaderno y escribe...

Cuanto tiempo crei que la vida solo ocurria en el pueblo o dentro del Convento. Ahora me doy cuenta que la vida late aun mas alla, donde mis ojos no alcanzan. Aun dentro del rincon mas olvidado y pequeno hay un universo de cosas fantasticas sucediendo. Hace falta acercar el oido y escucharles susurrar...

Tal vez algun dia los humanos aprendan que no son los unicos, que aunque no los veamos, mil seres mas nos acompanan. Y no hablo solo de microbios, hablo de seres que piensan, que sienten, que nos ayudan, quieren y han elegido vivir con nosotros. Tenia razon la Madre Augusta, Dios lo llena todo...y si no, algo parecido a El se mueve en cada cosa.
Vale mas aprender a convivir, comenzar a respetarlos, a quererlos del mismo modo que nos aman a nosotros. Creo es por esto que el miedo avanza, nos suponemos tan solos, y no es verdad.

Final Parte Uno