Pequenas cosas.

En verdad que los gemelos Miller le siguen, juegan con Vodka, trepan a la bicicleta y comen los trozos de jitomate que Wyda regala. Frank y Lisa tienen apenas 6 anos, el cabello rojo, las pecas bajo sus ojos y unas risotadas francas que a cualquiera contagian. Luego de misiones, travesuras y dibujos, quedan exhaustos; buscan a entonces a Wyda para escuchar sus historias, les gusta saber de tesoros, de la vida en el circo y de lugares lejanos que apenas imaginan. Wyda sonrie al saber que lo escuchan, se sienta junto a ellos y Vodka que a su lado siempre esta.

Desabotona entonces sus blancas mangas y arremanga hasta descubrir sus ancianos brazos. Los chicos se emocionan, abren tanto como pueden sus ojos, saben lo que esta por suceder. Wyda entonces agita sus manos, aplaude y aparece entre ellas algo parecido a una piedra. Los ninos rien, suponen que Wyda es un Mago y se sienten afortunados por estar con el. Con sus manitas flacas asoman sus caras para ver lo sucedido, esta vez no son dulces, monedas o pelotas.

Es un capullo violeta, Wyda lo acuna en sus manos como si fuera un bebito. "Las grandes cosas han sido envueltas en pequenos paquetes -Los deditos de Frank y Lisa acarician cautos el capullo- el latido de todas las cosas descansa en los detalles". Comienza a moverse, guardan silencio, incluso Vodka mira fijo lo que sucede entre las manos de su amo.

El capullo se quiebra, sale una antena, la otra y un par de patas; al poco rato se asoma completo una mariposa de azules alas. Se encuentra algo debil y sobre las manos del anciano se recuesta. Frank y Lisa parecen agobiarse, piensan que esta muerta, Wyda cierra sus ojos y al termino de un rezo, sopla ligero. Una de las alas se estira y equilibra de pie el resto del diminuto cuerpo. La mariposa agita despacio sus alas, sin comenzar a volar reconoce sus extremidades nuevas, camina sus patitas-puntas en las manos de Wyda, se gira, le mira y parece hacer una reverencia que en seguida el anciano responde. Vuelve a levantar sus alas y asoma en esplendor los azules y dorados; con un impulso ligero, las agita, esta volando. Los chicos la miran y agitan sus brazos de igual manera, brincotean, rien, Wyda en calma les mira satisfecho.

-"Es en los suspiros, susurros y caricias; en el salto de una rana o la risa de cualquiera... es en aquellas pequenas cosas, que pensamos poco significan, que Dios se encuentra".