El preporante ( I )

-"Despierta bebe... dormiste en tu balcon, has hecho travesuras por la noche? -Vlauye no puede despertar, pero apenas escucha la tierna voz de Malena y entre refunfunos sonrie- Mi amor, despierta, hoy hace un bonito dia. Recuerda Vlauye hoy es tarde de Tin tan."

-"Zuppa, Tin tan! -Vlauye se estira y pareciera ronronear igual que los gatos hacen. Malena ha traido la taza con agua tibia para el bano, que apenas lo mira Vlauye y salta dentro- Cantaaando en el banou, me acuerdo mucho de ti..."

Justo cuando esta listo y apunto de llamar a Arnulfo, se cuelan del corredor unas voces que definitivo Vlauye no conoce. Queda entonces callado y cierra los ojos tratando de escuchar.

-"No logro entenderlo, son casos extranos... Lo mismo ocurre en el pueblo. No se que pensar. Pareciera que de pronto la tristeza como plaga les enferma... Callan, sus ojos se vuelven oscuros, la piel reseca; no encuentro nada que los haga reaccionar. No se Madre Augusta, llevo 12 casos y rezo porque no hayan mas..."

Vlauye quiere seguir escuchando pero Arnulfo tras la puerta comienza a ladrar, finalmente lo llama y trepa en su lomo: "Arnulfo no hagas ruido, no quiero que nos vean". Despacio los dos se asoman al corredor y miran que la entrada del Convento la Madre Augusta despide a un senor de blanco; al cerrar el porton queda por instantes recargando sus palmas en el, buscando apoyo o fuerza tal vez, luego de ello y tras un breve suspiro se dirige al comedor.

Una urraca vestida de negro se para en la fuente y con escandalosos sorbos toma agua de ella. Con sus torpes y vulgares pasitos apoya sus desproporcionadas garras en una de las caras de cantera. Vlauye la mira, ella grazna y le mira tambien. Has escuchado el graznido de una urraca? Suenan a burla, ofensa y desden. Arnulfo comienza a avanzar hacia el comedor, es la nariz quien le dirige, Vlauye en tanto no despega sus ojos de la urraca.