El dia que todo comenzo...

Nacio en la cocina del convento (al menos ahi aparecio), entre olor a mandarina, a canela y deseos.

Malena. apartaba las piedrillas de los frijoles, cuidaba no se quemara el rompope y preparaba la masa para las conchas, bigotes y corbatas. Pero sin duda lo que mas gustaba era separar los chicharos de la vaina y verlos rodar en circulo al fondo de la olla de de barro. Era el sonido o la suave sensacion en sus llemas que le daba paz.

Es justo aqui como comienza la historia.
Ese dia, como cualquier otro, Malena cantaba quedito para no ser escuchada, pero pronto quedo muda al ver encaramado en uno de los chicharos a un diminuto bebe. Malena parpadeo y froto sus ojos para abrirlos nuevamente y ver desaparecer la imagen, pero no sucedio. Recostado entre las pelotitas verdes habia un pequeno que parecia retozar de gusto.

Cuidadosa tomo la olla entre sus brazos y fue corriendo entre risas y llanto al oratorio. Cientos de mariposas revolotearon a su paso para ver que sucedia. Se dejaron de escuchar los rezos, acaso el aleteo y la voz entrecortada de Malena. Las hermanas aun hincadas trataban de entender lo que decia, hasta que la Madre Augusta se levanto y miro dentro de la olla. Quedo inmovil, con la boca abierta y sus manos al pecho.

Curiosas, las hermanas Carlota, Nicolasa, y Eduviges se acercaron a mirar la olla, las tres cayeron desmayadas. Como desmayaron tambien la hermana Tita, Maura, Teresa y Carmela. La hermana Remedios por su asma no pudo desmayar pero tambien se recosto. Solo quedaron de pie Malena, la madre Augusta y una Virgen de manto azul que parecia mirar sonriendo.