De como Arnulfo llego al Convento.

Despertar siempre fue emocionante, apenas abria los ojos y comenzaba a retozar en su camita emitiendo todo tipo de sonidos. Desde su litera Malena veia a su nino estirar cada pequeno musculo hasta asomarse al balcon y gritar: bueeeEEEENOS diiiiiAAAS...! Las mariposas parecian saludar en la ventana, al igual que los canarios y alguna que otra urraca que tambien deseo cantar. Entonces Malena preparaba el bano y Vlauye corria a hacer lo propio.

Vlauye saltaba en una taza de agua tibia con hojas de lechuga, le gustaba el bano, chapotear, hacer burbujas, imaginaba ser delfin. Al salir, las diminutas huellas humedas de sus pies besaban la superficie del tocador hasta colocarse las pequenas sandalias que Malena confecciona. Una vez que se ha vestido acomoda en el espejo su cabello con gotitas de limon y comienza a chiflar hasta que Arnulfo aparece.

Arnulfo es un perro de raza enana que hace un par de anos entro al convento olisqueando la comida. Ese dia todas corrieron tras la bestia con periodicos y escobas, Arnulfo espantado se refugio en uno de los cuartos, el de Malena. Recostado en el buro con su barbilla apoyada entre sus manos Vlauye miraba la escena: un perro bajo la cama y las hermanas temblando tras la puerta, todo le causaba risa.

Alguna de las hermanas o tal vez Malena, grito: "Vlauye no te muevas, es peligroso te puede comer!", a lo que el perro contesto con un timido ladrido. Vlauye tan solo suspiro e hizo una sena hacia la puerta pidiendo guardar silencio, cuando todas callaron, comenzo a chiflar llamando la atencion del perro. El terrible Monstruo asomo su humeda naricilla, hasta reconocer en el buro al Dios de las pequenas cosas, entonces se acerco despacio a honrarlo tal como los perros hacen con sus amos, a lametones.

Con todo y el desmayo de Malena Arnulfo y Vlauye se hicieron amigos. Desde entonces Arnulfo esta cerca, le cuida y en su lomo lo lleva a donde Vlauye pide...