Storyteller

Son 28 letras, no hay más. Pero con ellas supo tejer historias que nadie imagino. Son 28 y cada quien sabe como las usa, pero el, las arreglaba de tal forma que hacia a cualquiera la piel erizar. Pero no, no fue nunca merolico de ellas, las entregaba apenas en susurros a afiladas orejas inquietas por sentir.




Era un truhan de buena cepa, ceja alzada y encanto. Sabia los motivos de la luna enrojecer, el parpadeo de las luces a distancia y el momento exacto en que el otro corazon ha de saltar, para atraparlo y engullir. Sabia de Nietzsche algo más que los anuncios de vino aleman, del lobo estepario y las encrucijadas-Demian, de Newton sus leyes y de Focault el exceso, trangresion y el sabor salado de la sangre en labios.

Nunca se enamoro, era mas sencillo por el caer, ni al caso resistir. Despues de todo hemos sido condicionados a esa lectura nocturna, de los primeros años, para poder soñar. Es a cambio de esos sueños, que alquilamos sin piensos el corazón.

Un dia, no, mejor una noche...

Una noche, harto de sus labios quiso escuchar en otros la historia. Tenia tambien ganas de soñar, de sentir cuanto ha provocado, pero no hubo nadie a quien escuchar. Luego de rato, luego de nada, se dio cuenta tan solo del zumbar de las estrellas. Camino a donde mas nadie hubo -lo cual sucede cerca...- y robo con su gorra gastada una estrella por cada noche de suspiro. Con cada hurto coloco un pequeño espejo que pudiera reflejar el brillo de las otras en la ausencia de aquellas robadas.

Nadie se dio cuenta, ni si quiera cuando los frascos donde les guardaba comenzaron a multiplicar. 170 de ellos guardados bajo la cama, el refri y el cuarto de costura, el resto entre los libros de historia, astronomia y el viejo recetario. Apenas daban las 7 cada una se encendia...

Las luces saltaban como esas notas de sol en una pieza Rachmanimov. Y por horas quedo en su cama con sus pies congelados y los ojos chillones por ver cuanto ocurria. Quiso entonces compartir con alguien el pulso de sus estrellas cautivas, pero esta vez nadie creyo. Preferian mejor sus cuentos y enredarse con mentiras caramelo de ordinaria seduccion. Es curioso, la gente se alquila para soñar, para ser estafados, pero pocos muy pocos se conmueven con verdad.

Aquello que habia buscado -conseguir de otros labios escuchar la historia- no sucedio. En cambio ocurrio la distancia, el espacio que nada llena, el no poderse compartir. Rabioso abrio cada ventana, cada puerta, cada frasco e igual que mariposas flotaron torpes las estrellas, hasta encontrar de nuevo en la noche su lugar.

-Has sentido el alivio de orinar cuando largo rato has aguantado?
Igual lo sintio el.

Solo una estrella guarda, una que zumba y brilla en punto de las 7. Una que se alquila tambien para soñar. El olvido es un musculo que debe ejercitarse, pero por aquellos recuerdos que insisten, he robado igual una estrella para ti.