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Desde siempre me han intrigado las historias en las cuales eres protagonico y ni enterado estas. Suceden a distancia, a solas, cuando alguien te piensa; sucede de mañana, de vaho en la ventana, de grito, risa y suspiro en las manecillas de un reloj.


La ropa de Brad ha quedado a 100 millas de casa, envueltas de charco y duda. A 4 meses quedo tambien de lo que seria su mejor historia y aunque lejos parece de todo ello; cerca, mas cerca queda de tropezar con alguien mejor.

Sus neuronas igual que las mias chafean y llenarle con tanto no ha sido nunca opcion, son mejor esas pequeñas trampas, esos recursos mnemotecnicos, ese buscar a alguien con el mismo nombre y hacer las cosas sucedean tambien el 16 para no tener fechas nuevas por recordar. Solo queda remendar el corazon de hilacho, picotearse el pulgar y a unos cuantos mas, pero de eso Daniel se encarga...