Al sillon sucede natural una intrusa grafito que deja en las costuras suspiros y tardes lluviosas. Los rulos de su gran cabeza son en realidad pinceles que poco le agobia desbaratar a la hora de hilvanar sus mundos acuarela. Y si no son sus rodillas las que dibuja, queda entonces las horas trepada en en el respaldo y al cabo de un rato se deja caer para rebotar en otra esquina. Rie, suena, salta; a veces tararea canciones o en las comisuras esconde su risa vainilla, pero otras tapa sus ojitos por si es miedo lo que siente. Ojala el sillon fuera suficiente para poder hacer a un lado las bobadas y que supieras por sus letras la fuerza de un deseo. Quiza solo se trate de creer para desdoblar los dias mejores.
Habitantes de Sillon.
Al sillon sucede natural una intrusa grafito que deja en las costuras suspiros y tardes lluviosas. Los rulos de su gran cabeza son en realidad pinceles que poco le agobia desbaratar a la hora de hilvanar sus mundos acuarela. Y si no son sus rodillas las que dibuja, queda entonces las horas trepada en en el respaldo y al cabo de un rato se deja caer para rebotar en otra esquina. Rie, suena, salta; a veces tararea canciones o en las comisuras esconde su risa vainilla, pero otras tapa sus ojitos por si es miedo lo que siente. Ojala el sillon fuera suficiente para poder hacer a un lado las bobadas y que supieras por sus letras la fuerza de un deseo. Quiza solo se trate de creer para desdoblar los dias mejores.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 rants...!:
Publicar un comentario