Tootsie sabor, siguiente estacion.

Se quita los guantes y da un sorbo ligero a su caramel-moccha, en el reflejo de los vidrios mira su rostro y solo consigue atar su cabello con una cinta pastel. Afuera el viento pinta de olvido las ventanas de Starbucks, de azul los bigotes, paraguas y cada charco en la banqueta. Pero dentro no suceden mas dibujos que aquellos que en su libreta ocurren; circulos y rayas nobles que pueden sonrojarse o contar con solo un guino, los cuentos que nadie supo. Son sus garbatos complices de huidas y suspiros mermelada, compania de sus noches solitarias.

En el sillon se escurre un chico sabor ciruela, con gorra y sudadera maple. Ella le mira y piensa como es que de Otono se cubre Canada, como suenan las pisadas en las hojas ocre, o el color de las charlas con ese extrano que ni segura esta de saber su nombre. Sonrie, da otro sorbo y escucha de fondo esas rolas adecuadas del cafe.

En su libreta se cuela uno de esos garabatos calvos, la mira y desenreda sus trazos hasta apoyar su cabezota sobre sus pequenas manos grafito. Se puede mentir a papa y mama, ellos solo quieren escuchar las cosas buenas; mentir tal vez a los amigos que se enredan con sus cuitas propias, pero no es lo mismo a sus dibujos; que insistentes le cuestionan, donde es que la vida se perdio?

Cierra su libreta y mira cruzar la calle a dos que la lluvia no sabe mojar. Ambos rien y saltan cada charco, y ni el azul del viento helado logra borrar de sus mejillas las huellas del amor. "Tal vez la vida no la he perdido -piensa- y solo se halle en la siguiente esquina..." Inmediato recoge sus chivas y sin mas equipaje que sus garabatos compra en la estacion de trenes un boleto lejos, donde se teje de suenos la aurora boreal.