En una maleta pequena me llevo mi ipod, una pluma, jelly beans, la linterna verde que me dio papa y la postal de un chico abrazando a su elefante, esa me la diste tu. Lo suenos, promesas y miedos, los dejo enrollados dentro de un hoyito en la pared. No me llevo nada, y si lo intento se quedara olvidado al fondo de una seca taza mocha, ni al caso perderlos de ese modo.
Siempre he sabido que todo tiene final, y no me agobia llegar a ellos, me asusta mas la idea de aquello que no termina. Son los finales los que hacen interesante la historia. Prefiero rescatar la dignidad de mis horas gastadas con una despedida inteligente, los chillos o dramas poco entretienen y ademas confunden. En cambio aquellos finales elegantes, de fria mueca y palabra aguda me hacen pensar que la historia fue buena e incluso desearia no acabara de forma alguna. Desaparecer no es sencillo, lejos de visceras, hacen falta neuronas que suelten de cierre una frase; a nadie se recuerda por sus actos vale mas lo que diga antes de dar la vuelta. Justo ahi, al no saberle mas, ocurre el agobio que a mis letras cuece y en cuentos se convierten aquellos que tuvieron voz; queda a un lado su respiro por sus huellas negras en papel.En una maleta llevo pocas las cosas, hace falta espacio para aquello todo por suceder.
3 rants...!:
En cambio aquellos finales elegantes (se fue), de fria mueca (que hice mal ) y palabra aguda (en tres dias olvidare todo … lo prometo)…. Quedaran grabados en las munecas de un Corazon fatigado por un escudo; para siempre y trataran de ser maquillados por el “Escapa y escupe” para proteger la delgada hoja seca; reprimida de volar por un cuaderno escrito de pensamientos a negro; que real mente es.
Hay cosas que se extranan, que no son suficientes los cuentos o despedidas elegantes. Hace falta mucho mocha, una ventana donde rebienten las burbujas, y un amigo anonimo que suelte cuanto sabes.
Me conmueve saber me lees... imposible engarnarte.
Qué bonito escriben (anonymous y tú Jorge). Les envidio ese talento tan especial que los hace únicos.
Me encanta venir de vez en cuando -Eso si, sin abusar. Sentarme en el rojo sillón, leer sus historias y a veces hasta meterme en lo que no me importa.
Saludos,
Maricarmen.
:)
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