La gran aventura!

-Para las charlas, las buenas charlas, hace falta la noche, calcetines-lana, leche y mermelada; pero sobretodo un amigo que sepa reir.

Lejos de la gramtica o los numeros suponia en su libreta mejores mundos. Solo geografia le apasionaba, estudiaba atento en el pizarron los mapas, y en las hojas del final, con lapiz afilado, los copiaba en su cuaderno. Sabia de los paises ubicacion, capitales y banderas, entendia de paralelos, tropicos y coordenadas; y en pleno vuelo podia reconocer el tipo de avion que cruzaba por el patio.

Su mochila era un regalo de papa, donde escondia sus siempre-mentas, libros de navegantes, binoculares pequenos, cuerdas, pedacitos de corcho, gis e imanes. Habian tambien los mapas que el Abuelo cada tarde dibujaba, siempre uno diferente, con tiburones, moluscos y piratas nuevos que vencer. Los tesoros los marcaba con una tache y una sirena sexy al lado, las rutas con lineas punteadas y todo en papel cebolla. Les guardaba justo bajo el colchon para que nadie mas les viera; los contaba, revisaba e imaginaba navegar enormes barcos con su abuelo.

Tras despertar, el bano, un licuado, su peinado de piquitos y a correr porque el camion se va. Sentado al final por la ventana mira en silencio el mar. Necesita tripulantes y es que la historia no la cuenta el heroe, sino el amigo que siempre esta.