Una buena noticia.

"Sr. Mensajero, sea usted Bienvenido. No se limite a dejar los paquetes en la puerta, sea cortes y entre conmigo a tomar cafe. Atte: Wyda (...viejecillo inofensivo)"

El cartero es un gordito bonachon, extranado al principio por el mensaje de Wyda colocado en el buzon. Luego de leerlo la primera vez, se dio la vuelta y se fue; al cabo de unos minutos regreso, tan solo para volver a leerlo. A la semana siguiente leyo una vez mas el letrerito y tan solo se animo a soplar su silbato. La 3er. Ocasion, antes siquiera de dudar en tocar, Wyda solicito su ayuda agazapado en la punta de un arbol.

Debieron ver la cara del cartero al ver al anciano sentado en una de las mas altas ramas, Vodka por su lado no hacia mas que reir. "He olvidado cerrar la ventana por la noche... Sabe usted lo que es un sonambulo, mi querido amigo? Ahora imagine un sonambulo con alas! -La calma de Wyda hacia mas evidente el susto y agobio del gordito pronto a asistirle- Menos mal he amanecido en este arbol, creame, ha sucedido en peores sitios, conoce usted la Torre Woodward?"

Al cabo de un rato quedaron los dos tomando cafe y galletas-vainilla. "A veces -dijo el cartero- creo escuchar lo que dicen las cartas, cierro los ojos y las coloco cerca de mi oido... Hubo un tiempo en que ser cartero era un trabajo digno, pero la gente dejo de escribir, ahora solo se envian deudas y noticias que a nadie interesan... Me gustaba entregar cartas de amor, pero no suceden mas... Por eso me gusta venir con usted, ademas del "National Geographic" y cartas del gobierno, le escriben sus amigos. Se por los giros y lineas de sus letras, por el cuidado en que las doblan en el sobre, por la risa y gratitud encerrada en ellas que usted es un hombre bueno... Un hombre bueno, decia mi viejo, es siempre una buena noticia".

En la mesa quedan los trazos de crayolas que envian los gemelos Miller, cartas enviadas desde algun circo en Yugoslavia, y unas mas desde Alemania.