El mensaje. III

Esa misma noche quedaron Wyda y su papa sentados en los escalones de casa. A Wyda le gusta estar con el, le gusta la forma en que la gente lo escucha, la forma en que trata a mama, y el tiempo que gastan juntos. Es su papa y lo mira fuerte, sabio; basta saberle cerca para que acechos y fantasmas desaparezcan. Papa lo cubre con una frazada y saca de su petaca un cuaderno tejido de cuero. Nunca ha llegado con las manos vacias, si no son piedras que regala magicas, son libros de aventuras o calcetas que cubran sus helados pies.

Wyda supone es otro cuento, pero al abrirlo encuentra las hojas en blanco salvo una frase escrita con algo parecido a un lapiz grafito: "Si la vida se volviese contra mi y mis actos motivados por la ira o egoismo, quede evidencia en este libro del camino bueno que habia seguido. Si la memoria se dana, si me vence el olvido sepa por cuanto hay escrito la nobleza de mi espiritu."

El pequeno lee y relee una vez mas, poco entiende lo que hay. Papa sonrie y explica "En este libro quiero escribas aquello que te hace bueno, tus pensamientos, actos y deseos afortunados. La guerra es el fracaso del hombre. No olvides nunca la ternura de tus suenos. Tienes los ojos limpios Wyda, que no te cegue nunca el miedo, no creas en la tristeza." Es extrano escucharlo hablar de ese modo, donde han quedado los dragones o los magos que acompanan su camino?

Con la gorda luna que descuelga y la lluvia tan ligera se ha formado un arcoiris. Sus colores no son como los que suceden en el dia, son algo mas de plata, algo mas de azul. Pero Wyda no lo ve, hace rato duerme en los brazos de papa.

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