En el 104, Sabrina una puta sesentona y calva. Las paredes son fuscia salvo manchas-moho, focos de 60 watts, una cama cubierta de arena, condones secos, lubricante caduco y un tocador donde persuade su vejez.
Coloca en su erosionada pelona un tejido de estambres casi rojos; hace tiempo compro una costosa peluca, pero ahora es su hijo quien la usa. Se mira al espejo, retoca sus labios, enciende otro cigarro. Los estambres cuelgan sin forma poco mas debajo de los hombros.
Afuera llueve, las pequenas gotas escurren por su ventana, algunas brillan por los faros y destellos de los coches. Un hilo gris escapa de sus labios al tiempo que revisa su gastado rostro. Tapa los poros de su nariz con un poco de talco y con rimel, el fastidio de sus ojos.
Es tarde ya, se mira por ultimo en el astillado espejo; solo que ahora descubre en el reflejo una mancha marron en el techo. -Pero que tipo de hongo nuevo?
Voltea , le revisa... piensa que el chico de arriba tal vez, suficiente repugnantes le resultan ya sus historias olor mota y los gritos que a veces suelta. Desdobla un papel arrancado de un poste, es la foto de Kris y un numero 800, tiempo tal vez de llamar.
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